“Mil grullas”, de Yasunari Kawabata

Siempre resulta grata la lectura de las joyas literarias que nos ofrece el Nobel japonés Yasunari Kawabata. “Mil grullas” es una breve -141 páginas en mi edición-, apasionada, intensa novela, escrita con la galardonada “maestría narrativa, que expresa con gran sensibilidad la esencia de la mente japonesa» que se le reconoce al maestro, y que cuenta la historia de tres mujeres: Chikako Kurimoto, la señora Ota y su hija Fumiko, y la del joven Kikuji Mitani, unidos por el recuerdo del padre de Kikuji, recién fallecido, en una compleja relación.

Conocí la literatura del Nobel japonés recientemente. Leí y comenté con ustedes “Lo bello y lo triste” y “País de nieve”. Desde mi primera lectura, quedé prendado, totalmente subyugado por la magnética prosa poética de Kawabata, por la complejidad de sus personajes, él, maestro en comprender la psicología femenina; por la sencillez con que nos narra las historias, plenas de metáforas francamente sugerentes y maravillosas con las que terminamos rendidos, deslumbrados, extasiados.

Yasunari Kawabata nació en la ciudad de Osaka el 11 de junio de 1899. Egresado en 1924 de la Universidad Imperial de Tokio, muy pronto ejerció el liderazgo de una nueva generación de escritores japoneses. Integrante de la generación de Junichiro Tanizaki, y mentor de Yukio Mishima, recibió el Nobel en 1968. Periodista y novelista, también incursionó en los relatos cortos, y al igual que su pupilo Mishima, se suicidó, él, inhalando gas en su biblioteca. Escritor de novela y cuento, además de asiduo ensayista y articulista en diversos periódicos y revistas, es un autor imprescindible.

“Mil grullas” se ubica en el Japón de la posguerra, en la ciudad de Kamakura y gira en cierta manera, alrededor de la ceremonia del té, un ritual donde se sirve té verde a un pequeño número de invitados, en un clima de paz, buscando reflejar una vida armónica, sosegada y alejada de las presiones del exterior.

Chikako Kurimoto es una maestra en este ceremonial, y una tarde invita a Kikuji con el objetivo de presentarle, buscando emparejarlos, a Yukiko Inamura, Bella joven que atrae inmediatamente la atención de Kikuji. Chikako, un personaje que puedes terminar odiando, también, para sorpresa del joven, que conocía la historia de ambas mujeres con su padre, invita a la señora Ota y a su hija Fumiko.

La intriga que pone en marcha la oscura y compleja Chikako Kurimoto, te atrapa sin remedio. Astuta, inmoral y vengativa, Chikako pretende controlar la vida del hijo de su ex amante, a través de la hermosa señorita Inamura. Sin embargo, a pesar de la evidente inseguridad del joven y su aversión hacia sí mismo, su compleja naturaleza, termina provocando que las pretensiones de Kurimoto se estrellen frente al profundo rechazo que le produce su exceso de interés por controlar su vida.

El fracaso de Chikako no hace más que incrementar sus deseos de venganza. Y provoca además, que Kikuji se acerque a la señora Ota, su más encarnizada rival, la mujer quien la terminó sustituyendo en los últimos años de vida del señor Mitani, el padre de Kikuji, desencadenando y extendiendo su rencor, su odio, sobre la vida los protagonistas, llenando su existencia de pesar y amargura.

Extraordinaria novela corta, llena de sensibilidad e intensidad; pletórica de amores, desamores y pasiones; odio, rencor, intriga y mentira; erotismo, sensualidad; muerte, tristeza, y remordimiento. Intensos sentimientos que se despliegan ante tus ojos, y que compartes con los profundos y complejos personajes. Increíble la maestría con que Yasunari Kawabata nos subyuga, nos cautiva y nos emociona en tan breve relato.

Con un final que te dejara pensando, lleno de conjeturas, sensaciones y sentimientos por responderte, “Mil grullas”, del maestro Yasunari Kawabata es una obra de arte de imprescindible lectura. ¡Te leo!
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