“Desmorir”, de Anne Boyer

Ensayo galardonado por el premio Pulitzer en la categoría de No Ficción en el 2020, “Desmorir”, es, como su subtítulo lo señala: “Una reflexión sobre la enfermedad en un mundo capitalista”; también es libro de memorias; y un desgarrador relato sobre el proceso de la enfermedad, desde que a Anne le diagnosticaron un cáncer de mama, en 2014, a la edad de cuarenta y un años, hasta que superó la inminencia de la amenaza del padecimiento, y así eludir, que la publicación de este libro ocurriera de manera póstuma.

No, no es un libro de “superación personal”; tampoco pretende ser la historia de heroísmo sobre la épica lucha que libró la protagonista para salir airosa sobre la enfermedad; mucho menos encontraremos un tratado de Mindfulness para brindar bienestar emocional a las enfermas de cáncer; si es, lo creo, una lectura esencial para sus familiares, y una llamada de atención para los integrantes de un sistema de salud que, persiguen objetivos muy alejados de la atención y el cuidado que merecen y requieren los enfermos de esta despiadada enfermedad.

Impactante testimonio, lleno de furia, de la poeta Anne Boyer, atacada por un violento cáncer de mama, pero también por un sistema de salud dominado por una industria deshumanizada, hipócrita y abusiva; y sometida además, a una estructura económica, social y cultural donde, la ciencia y la charlatanería, parecen no consentir espacios para la compasión, para las manifestaciones de dolor, la solidaridad y la empatía para las víctimas de la devastadora enfermedad.

Parecerá un despropósito la elección de “Desmorir” como primera lectura de este año que inicia, pero habrá que reconocer que los sentimientos y emociones que generan las festividades, producto del cambio de año, son variadas y, muchas veces, contradictorias. Desde que salió la edición de Sexto Piso y la adquirí, sabía que la leería, pero iniciarla el primer día del año fue más que nada, producto de un impulso impremeditado y no me arrepiento, porque “Desmorir” resultó ser un texto maravillosamente complejo.

El ensayo se podría separar en tres grandes puntos: un profundo, claro y bien soportado análisis de los efectos y las consecuencias que sufren las mujeres derivadas del cáncer de mama, incluyendo las catastróficas secuelas de los propios tratamientos que les son aplicados, y sobre los recursos económicos necesarios para soportarlos; Boyer, poeta al fin y al cabo, reflexiona sobre su enfermedad y como ésta, afecta a su oficio de escritora; también razona, medita y nos narra, la incomprensión de quienes deben dar soporte, aliento, cuidado y apoyo emocional.

No es que se queje. Sí, narra sobre un sentimiento de soledad desolador, a pesar de que cuenta que sus amigos se mudaron a su casa en turnos durante su enfermedad para cuidarla. Mas bien reclama, protesta, contra la incomprensión al rechazo de los tratamientos como la quimioterapia, cuando todo indica que la paciente, igual morirá con la quimio que sin ella, pues es un tratamiento que intoxica a la enferma en el intento de sanarla.

Denuncia: “El hechizo cultural de la quimioterapia es tan intenso que ciertas personas sin cáncer a veces ven a los pacientes que deciden renunciar a ella como una excusa para abandonarlos. Negarte puede aislarte. La imposición social del cumplimiento terapéutico en una enfermedad de género como el cáncer de mama puede llegar a ser brutal. Lo que mata a la gente es el cáncer, y el tratamiento, y también la falta de tratamiento, y lo que alguien crea o sienta no tiene nada que ver con el asunto”.

“Morir de cáncer de mama no es prueba de la debilidad y el fracaso moral del fallecido. El fracaso moral del cáncer de mama no reside en las personas que mueren: reside en el mundo que las enferma, las arruina a cambio de una cura que también las enferma y, después, cuando la cura no surte efecto, las culpa de su propia muerte”.

Y sí, si llegaste hasta aquí, ademas de agradecértelo, no puedo más que recomendarte que leas este imprescindible libro acerca de una enfermedad tan terrible y devastadora como es el cáncer de mama. A todos nos puede tocar: sufrirla o que alguien amado lo padezca, y “Desmorir”, te puede resultar una herramienta invaluable para enfrentarla, al contar con el punto de vista de alguien que aprendió sobre lo que escribe. ¡Te leo!
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