
La primera novela que llegó a México fue “Los errantes”, que la tenía cerca y no me animaba a leerla, hasta que el martes me encontré en la librería “Sobre los huesos de los muertos”, y me decidí a entrarle de una buena vez antes de dejarla olvidada por ahí como me pasó con “Los errantes”.
No sé si a ustedes les pasa, pero a mi, hay ocasiones en que, cuando de pronto me encuentro con el libro de un escritor del cual no conocía nada, y que de repente y por todos lados, lees y escuchas cosas sobre su obra y su vida, me apanico, temeroso de que si no me gusta, signifique algo negativo sobre mis aptitudes como lector, aunque sepas que no es así, porque nunca es así.
En este caso, bastó haber conocido a la protagonista y narradora de la novela Janina Duszejko para percibir que mi relación con la literatura de Olga Tokarczuk no termina con “Sobre los huesos de los muertos”, que resultó además, una fascinante novela.
Janina es una anciana adorable, excéntrica, trabajadora incansable, curiosa, quejumbrosa, traductora de poesía, amante de los animales, enemiga de los cazadores, astróloga de vocación, ingeniera de profesión, maestra por amor, piedra en el zapato para la policía, vieja loca para sus vecinos, aficionada a apodar a todo mundo, entrañable y parlanchina hasta el cansancio; personajazo que bien vale una misa.
Janina nos cuenta -no se calla nunca- santo y seña de sus vecinos, de lo que pasa en por su pueblo, Kotlina Klodzka, al suroeste de Polonia; del clima, de los animales que circulan por el bosque, de las cazadores furtivos a los que les tiene tirria, de lo que dice su horóscopo y el de los demás; nos da santo y seña de todo lo que pasa por su mente, y vaya que le sobran pensamientos.
Por andar metida en todo, se involucra en una serie de misteriosos fallecimientos que ocurren en un corto lapso de tiempo durante el invierno en su pequeño pueblo, donde nunca ocurre nada durante la fría temporada invernal, cuando la mitad de sus habitantes huyen del álgido clima para refugiarse en otras ciudades.
Sus estrambóticas teorías sobre las muertes, que no se cansa de repetirlas a quien se le acerca, y que expresa en una serie de cartas que regularmente envía a las autoridades policiales exigiendo que se investiguen, sumado a la constantes denuncias que hace contra las cacerías ilegales de sus vecinos, le acarrea cierta fama de “vieja trastornada”, que ni le afecta ni le perjudica ni la frenan sino todo lo contrario, hasta que……
Para no hacérsela larga, “Sobre los huesos de los muertos” es una original, poderosa, magistral, una fantástica novela que ocurre en un pequeño pueblo polaco de cazadores que cuenta la historia de una serie de crímenes que ocurren en circunstancias muy extrañas y que te mantiene atrapado entre la verborrea de nuestra narradora y las coincidencias y casualidades, que se van entrelazando hasta llegar a un final tan sorprendente como perturbador. Se las recomiendo mucho,