
No quería leer “La hija oscura”. Escrita antes de “La amiga estupenda”, se encontraba en mis libreros desde hace tiempo, pero temía que me decepcionara. Después de leer la saga de “Dos amigas”, había colocado a su autora en el máximo nivel de mi muy personal ranking literario. Las 4 novelas de la serie han sido para mí de lo mejor que he leído en los últimos 20-25 años. De esa magnitud es la admiración y el temor a que con “La hija oscura”, la Ferrante se me cayera del pedestal donde la había colocado.
Si aún no han leído a la Ferrante no tienen idea de lo que se han perdido. Quien esté detrás del seudónimo es una verdadera maestra de la narrativa. Sus novelas, introspectivas, densas, llenas de emoción contenida, de una tensión que te mantiene expectante, literalmente encadenado a la historia que te está contando, son obras mayores de la literatura.
“La hija oscura” narra la historia de Leda, una mujer llegando a sus 50´s, maestra universitaria de literatura inglesa, divorciada, con dos hijas radicadas con su padre en Canadá, mientras ella vive en Florencia, Italia. Es verano, decide alquilar un pequeño departamento en un pueblo en la costa del mar Jónico a donde arriba cargada de libros y papeles con el plan de preparar su próximo curso y aprovechar la playa para leer descansando.
Es en la playa donde conoce a una familia napolitana tan vulgar, ruidosa y numerosa como la suya, a la que abandonó desde muy joven buscando alejarse de la sordidez, la violencia y la miseria en que vivió hasta su adolescencia. Observando atentamente al grupo, su atención se centra en Nina, una joven madre y su hija, y es en su afán de conocerla, lo que provoca que se desate un conflicto cuyo epicentro es una muñeca, la muñeca de la niña, y que pondrá a descubierto la parte oscura de la vida de Leda, una mujer compleja y afectada seriamente por su infancia. Elena no protege a Leda; la deja actuar, la deja hablar, le permite reflexionar sin juzgarla.
El tema siempre está presente en las historias que nos cuenta Ferrante: el deseo de sus personajes femeninos por huir de la incultura, la vulgaridad y la violencia a través de la educación y la academia. Sin embargo infancia es destino, y pronto nos damos cuenta que Leda, a pesar de su educación, pretensiones y méritos académicos, sigue cargando a cuestas al barrio; sus estallidos de violencia verbal y física la retornan a su origen barriobajero.
Narrada como es su costumbre en primera persona, con una prosa seca pero a la vez ligera, “La hija oscura” trata sobre las ataduras de la maternidad, el precio que paga una mujer con ambiciones; sobre el deseo de redención, el miedo al fracaso, el pavor a elegir equivocadamente.
Los invito a leer a Elena Ferrante. Sus novelas tratan de asuntos complejos y siempre presentes, que la escritora los trata sin maniqueísmos ni falsos melodramas, pero con una narrativa adictiva donde los giros, el suspenso, la trama son manejados con verdadera maestría.