
Es un genio, y lo que les pueda comentar sobre sus libros, nunca podrá considerase objetivo, simplemente porque no puedo ni quiero. King ha hecho tanto bien a la industria editorial, en tantos frentes, que se merece que obviemos sus fallas y elevemos hasta el Olimpo Literario, donde descansan los elegidos, a libros como “iT”, “22/11/63 “o la misma “Apocalipsis”, por citar solo tres de sus grandes novelas.
Ya he contado que mi primer contacto con su literatura ocurrió en 1973 -tenía 16 años, pletórico de testosterona, en plena y gloriosa adolescencia- cuando leí Carrie, y desde esos ya lejanos tiempos, no he dejado de adquirir y leer sus libros. Basta decirles que es el autor que más se repite en mis libreros, poblados por mas de noventa volúmenes que hablan de su extensa obra, y que no dejo de admirar cada vez que los veo.
“Elevación” es el último libro de King publicado en español que llega a México. Relato breve -170 páginas- para leerse en una sentada durante este encierro, ya que no es de terror, por lo que ni asusta, ni inquieta. Al contrario, es una historia que fluye suavemente, sin recovecos, sin artificios literarios, sin estructuras complicadas ni personajes siniestros.
“Elevación” cuenta la historia de un buen hombre, Scott Carey, que iniciando sus 40´s, empieza inexplicable e inexorablemente a perder peso, pero sin reducir su masa muscular. Buen vecino de Castle Rock, consciente de que la ciencia no podría explicar, y mucho menos resolver la anomalía que ¿lo aflige?, decide no angustiarse por su futuro, y continuar con su vida haciendo las paces consigo mismo, y ayudando a sus prójimos.
Novela sin artificios ni pretensiones, sin terror y sin misterio; ejercicio de sencillez y oficio, que nos hace creer que la voluntad y el deseo de hacer el bien de un hombre bueno, puede empujar la transformación social de su entorno cercano. El relato marcha porque King creó un personaje entrañable, sin dobleces ni zonas obscuras, que, sintiéndose bien consigo mismo, solo piensa que “Si así es como se sienten los moribundos, todo el mundo debería alegrarse de partir”.