19/2017-.Escribe la autora en su Blog que del “El monstruo pentápodo”: “.. puedo decir que es un relato mucho más oscuro (que Pandora, su anterior novela). Una historia con un tema muy fuerte”.

Considero que Liliana Blum se quedó corta: la novela narra una historia no oscura, sino escalofriante, que como dice su contraportada, nos enfrenta y sumerge en la mente perturbada de un psicópata, y en uno de los peores crímenes que se pueden cometer: la pedofilia llevada hasta sus últimas consecuencias.

Raymundo Betancourt es un profesionista de mediano éxito, con una pequeña empresa constructora, y además, para levantar una fachada que lo deje libre de sospechas sobre sus crímenes, intenta ser solidario con su comunidad, participando en todos aquellos proyectos y programas que ofrezcan beneficios a la ciudad mexicana de Durango, capital del Estado del mismo nombre.

Al igual que en “Pandora”, “El monstruo de pentápodo”, nos presenta una protagonista- Aimeé- con un trastorno que provoca exclusión, discriminación, ansiedad, inseguridad y baja estima en quienes lo sufren, lo que aprovecha el pedófilo para seducirla y convertirla en complice de sus crímenes, a cambio de otorgarle una limosna de su amor y atención.

Y sí, “El monstruo pentápodo” (raro título: el canguro es un pantápodo por que su cola le funciona como una quinta pata) nos enfrenta con nuestros demonios, nos confronta con una situación que destroza la vida de miles de niños cada año.

La prosa de Blum nos sumerge en la mente perversa, temible, turbadora de Raymundo; nos hace conocer su realidad oscura, las tinieblas de su alma, su miseria como ser humano.

De la víctima, de sus sufrimientos y el de sus familiares , no quiero hacer comentarios. Hay demasiada angustia, desesperación y dolor involucrados.

No sé si estos comentarios vayan a invitarlos a la lectura de “El monstruo pentápodo”, que es lo que pretendo, porque estoy seguro que los riesgos a los que están expuestos nuestros hijos deben ser tratados y conocidos, sobre todo por los padres de niños pequeños, para que obtengan un refuerzo sobre los peligros y los posibles medios para evitarlos.

En “El monstruo pentágono”, la autora no celebra las acciones de Raymundo y Aimeé; nos muestra con un lenguaje descarnado y cruel, con su talento narrativo, una parte oscura de nuestra sociedad que no es conveniente ocultar, porque existen miles de pedofilos recorriendo los parques y las calles buscando satisfacer su parafilia.

Liliana V. Blum
Nació en Durango, Durango, en 1974. Reside en Tampico desde 1997. Narradora. Estudió literatura comparada en la Universidad de Kansas, y la maestría en educación con especialidad en humanidades, en el ITESM.

Autora de las novelas “Pandora” y “Residuos de espanto” y de los libros de cuentos “No me pases de largo”, “Yo sé cuando expira la leche”, “El libro perdido de Heinrich Boll”, “The curse of Eve and other stories”, “Vida de catálogo”, “¿En qué se nos fue la mañana?” y “La maldición de Eva”.

Ha colaborado en las publicaciones El Aleph (Penn State University), El Cuento, Farfelu, FEM, Literal: Latin American Voices, Metamorphoses, Monkey Bicycle, Mosaic Art and Literary Journal, Mslexia, Parteaguas, Riot Angel, The Bayou Review, The DirtyGoat, Tierra Adentro y en revistas electrónicas como Blackbird, Ecléctica, El Collar de la Paloma, Ficticia, Hobart, Letralia, Reflexiones, StorySouth y The Pedestal Magazine. Uno de sus cuentos ganó The Million Writers Award como una de las mejores historias publicadas durante 2005 en internet, en inglés, y también fue seleccionado para la antología de PulpBits.

237 páginas…

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