“Lo que Maisie sabía”, de Henry James



“Lo que Maisie sabía” me resultó compleja, fascinante, diferente, sorpresiva, atractiva y una retadora y exigente lectura, de lo mejor que me ha tocado leer en los últimos años. Joya de la literatura, expresión de la maestría alcanzada por Henry James, “Lo que Maisie sabía” estimuló mis sentidos y me empujó a emplear mis capacidades lectoras al máximo para comprenderla, atento siempre a la historia y a los audaces recursos utilizados por el autor para contárnosla.

Créeme: puede, a pesar de su complejidad, que te sea más fácil leerla, a que yo logre trasmitirte todas sus cualidades; que alcance a explicarte los magistrales recursos literarios que puso en juego Henry James para crear esta excepcional novela; que logre exponer los diferentes temas que trata; o que intente describir las escabrosas relaciones que se van conformando… en fin, llevo tres días escribiendo y reescribiendo el texto sin lograr encontrar la clave.

Historia profunda, aguda, irónica, cínica, desafiante; se debe leer con calma y atención. Sutil y ambigua, “Lo que Maisie sabía” “cuenta la historia de Maisie, una niña que a causa del divorcio de sus padres se ve obligada a vivir un período de seis meses con cada uno de ellos. Entre padre, madre, madrastra, padrastro, institutrices y niñeras, Maisie intentará comprender… el complejo mundo de los adultos…”.

La novela inicia con el agresivo divorcio de los padres, quedando Maisie al cuidado de dos institutrices en dos casas diferentes. Pronto los padres recaen en el matrimonio; el progenitor con la señorita Overmore, y la madre, con sir Claude, un hombre afable, pero débil en extremo, que se hace cargo de la niña, junto con la sosa señora Wix, institutriz de Maisie en la casa materna, ante la situación de desamparo en que se encuentra, trocada de arma contenciosa a una especie de estorbo, tanto para el padre como para la madre.

Lo que ocurre durante los seis años que cubre la historia, es como jugar rondo al estilo Cruyff o Guardiola, con Maisie usada de pelota, mientras los adultos la “patean” del uno al otro, en un juego inmoral, pletórico de ambigüedades, chantajes emocionales, crueldad, egoísmo e inmadurez. Pero nuestra Maisie aguanta eso y más; mientras crece y se acerca a la adolescencia, nuestra sobreviviente observa, aprende y reflexiona.

Porque Maisie es inteligente, flexible, adaptable; detecta y administra con la sabiduría de una niña, los comportamientos egoístas, caprichosos, falsos, y ambiguos de quienes la rodean. La verdad, Maisie es un personaje que terminé adorando.

“Lo que Maisie sabía” tiene muchas lecturas: historia sobre el chantaje emocional basado en la utilización de los hijos como armas y víctimas de la separación de los padres; sobre el abandono infantil, aquel donde deja de existir una autenticidad emocional, ahí donde aparece el desinterés, la apatía y la frialdad; relato de adulterios, observados y analizados desde la mirada perspicaz de una niña, que madura precozmente. Resumiendo: “Lo que Maisie sabía” expone la complejidad, la ambigüedad, las sutilezas de las relaciones de una serie de seres humanos defectuosos.

Jorge Luis Borges la definía como “una horrible historia de adulterio narrada a través de los ojos de una niña que no está capacitada para entenderla”, y no concuerdo con el genio; la novela es mucho más que la historia de un adulterio; el traductor de la novela, el mexicano Sergio Pitol, la definió como una de las novelas “más endemoniadamente difíciles que pueda permitirse cualquier literatura”; y estoy de acuerdo con Pitol, al que le debemos la impecable traducción que nos facilitó la lectura .

¿Porqué resulta, además de la temática, una novela compleja? Quizá, y eso es lo que me sorprendió, por el narrador que utiliza el autor; James utiliza un narrador en tercera persona, pero no omnisciente; no sabe o no quiere que nos esteremos de todo; nos relata la historia desde diferentes puntos de vista. No vemos a través de los ojos de la niña, sino que nos cuenta lo que la niña ve, sin importarle que ella misma lo entienda. Compartimos, por tanto, el desconcierto, la sorpresa, el pasmo de Maisie. No tenemos certezas, tenemos que aportarlas nosotros como lectores, y ahí uno de nuestros desafíos.

A mi me pareció una extraordinaria novela, exigente con el lector, sí y mucho, pero es tan actual, tan moderna, tan … vaya, no encuentro mas palabras. Te la recomiendo. ¡Te leo!
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