“Impaciencia del corazón” de Stefan Zweig

La historia de la relación de Anton Hofmiller con la familia Kekesfalva, compleja y llena de complicaciones, derivadas de las contradicciones, malos entendidos, mentiras piadosas e indecisiones de tan sufridos y conflictivos personajes, me dejó exhausto, atestado de sentimientos contradictorios, discordantes; impresionado, afectado e indeciso sobre mi posición ante el conflicto que nos plantea: la compasión, ese sentimiento que te impulsa a intentar aliviar el dolor o el sufrimiento ajeno, ¿puede acarrear resultados aciagos, nefastos, harto desdichados?

Stefan Zweig (1881-1942) fue un autor enormemente popular, como novelista, ensayista y biógrafo. Su talento narrativo, de estilo elegante y de gran pericia y delicadeza en la descripción de los sentimientos, lo convirtieron en un escritor atractivo, fascinante y seductor.

El pasado 22 de febrero se rememoró el octogésimo aniversario de su fallecimiento, fecha que coincidió con mi lectura de “Impaciencia del corazón”. Me gustaría presumir que la elección del libro fue a manera de homenaje y conmemoración, pero mentiría. La verdad es que sacudiendo mis libreros, me encontré con la edición de la colección “Sepan cuántos…” de Porrúa, y gratamente sorprendido, al dar sin buscarla, con la novela de Zweig, en esa colección tan querida, tan bien editada y tan económica, me lancé con singular y mexicana alegría a su lectura.

Como la mayoría de los lectores saben, la obra de Stefan Zweig es publicada por la prestigiada editorial española Acantilado. Mi problema es que los libros de Acantilado llegan a México a precios muy, pero muy altos, y la compilación “Obra selecta” de Zweig, del Sello Editorial Mirlo, de Editores Unidos Mexicanos, tiene unas traducciones -lo volví a confirmar con “Impaciencia del corazón”- muy chambonas, escrito lo anterior, sin el ánimo de menoscabar el esfuerzo de esa casa editorial.

Los lectores mexicanos le quedamos a deber a Editorial Porrúa por ese extraordinario esfuerzo de acercarnos a las más grandes obras escritas a través de su colección “Sepan cuántos…”. Novela, cuento, teatro y poesía; ensayos sobre ciencia, teología, política e historia; teología y ensayos de religión, todo género cabe en “Sepan cuántos…”, en ediciones prologadas por nombres tan importantes como Ángel María Garibay, Jorge Luis Borges, Sergio Pitol, José Emilio Pacheco y Miguel León Portilla, por mencionar algunos, y traducciones muy cuidadas. ¿La verdad: cuántos estudiantes y no muy solventes lectores hemos recurrido a esa colección? Sepan cuántos…


“Impaciencia del corazón” está ambientada en los meses previos al asesinato del Archiduque de Austria, Francisco Fernando, magnicidio que detonó la I Guerra Mundial, en 1914, cuando el teniente Anton Hofmiller se encontraba destacado con su batallón en un pequeño pueblo austriaco, donde conoce a Lajos von Kekesfalva, un viudo y rico comerciante, que vive junto con su hija, la joven, bella y tullida Edith, quien sufre una grave parálisis que la incapacita para caminar, y con su sobrina Ilona, en un castillo que domina la localidad.

Invitado a una fastuosa fiesta en el castillo, Anton comete un error involuntario, y buscando, cuando menos al inicio, explicarse y disculparse, poco a poco se va involucrando en la dinámica familiar, movido y excitado por la compasión que le provocaba Edith, y por el orgullo que le producía las atenciones que le otorgaba el importante e influyente padre de la niña, cortesías originadas por el agradecimiento que sentía Kekesfalva por la felicidad que la compañía del joven teniente proporcionaba a su hija.

Dejemos atrás la inmadurez, la ingenuidad, las indecisiones y contradicciones del joven teniente Anton Hofmiller. Sus 25 años, su inexperiencia, su limitado roce mundano, su escasa comprensión sobre la naturaleza femenina, aunque no lo justifican, explican muchas de sus acciones. Olvidemos y perdonemos el carácter caprichoso, infantil, histérico y descortés, rayando en grosero, de Edith. Su condiciones físicas y su edad parecen justificarla. ¿Es amor, o compasión lo que siente Anton?¿Debe Edith aceptar la compañía, atención, dedicación y compromiso de Anton, aunque quizá, sean producto de la compasión que provoca su enfermedad?

Lo cierto es que “impaciencia del corazón”, también conocida como “La piedad peligrosa”, es una desgarradora historia que te confronta y te obliga a reflexionar seriamente la posibilidad de que, aunque la compasión es un sentimiento inherente al ser humano, cuando te obliga a anteponer las necesidades de otros sobre las tuyas, puede provocar situaciones inesperadas, dolorosas, y extremadamente perjudiciales.

“Impaciencia del corazón” es una extraordinaria y sobrecogedora novela, con personajes complejos, densa pero intensa, sobre la insondable naturaleza humana, escrita con una prosa precisa y elegante, narrada en primera persona por Anton, que trata sobre la compasión, que como dice el autor, “es un arma de doble filo, y el que no sabe manejarla, es mejor que no la toque ni con la mano ni con el corazón”, cuya lectura te la recomiendo mucho mientras yo, ¡te leo!
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