“Como polvo en el viento”, de Leonardo Padura

Tengo una cercana y entrañable afinidad con el cubano Leonardo Padura, que no se debe solamente a las placenteras horas transcurridas disfrutando sus libros. Lo admiro como escritor, pero también, por la manera en que ha vivido su ciudadanía, su nacionalidad cubana.

Sin abandonar su país, con dignidad, respeto, orgullo, decencia, decoro, equilibrio y con mucho amor a Cuba, sus novelas han logrado reflejar el ambiente lleno de claros y oscuros con que los cubanos subsisten en esa pequeña pero gloriosa y heroica isla caribeña, y supongo que no le ha de ser nada fácil lograrlo.

Leonardo Padura (1955), novelista, guionista, ensayista y periodista cubano; creador de Mario Conde, ese policía melancólico y entrañable, borrachín, afligido y descontento, cuyas andanzas han sido llevadas a Netflix; galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Letras, el Café Gijón, el Hammett, el Nacional de Literatura, entre muchos premios más, nos entrega su reciente, y creo yo, mejor novela: “Como polvo en el viento”, una novela apasionante, intensa y plena de nostalgia.

Con una estructura de ida y vuelta, sin dificultades para la lectura, ordenada en diez capítulos, “Como polvo en el viento” nos cuenta la historia de El clan, un grupo de amigos que en sus treinta, deciden, unos obligados, otros por necesidad, y los demás convencidos que es lo mejor para ellos, acciones fundamentales para su futuro, resoluciones que los lanzan por diferentes rumbos, sin que la distancia rompa en definitiva, los fuertes lazos que los atan.

Clara, Darío, Ramsés y Marcos; Elisa y Bernardo; Irving y Joel; Liuba y Fabio; Horacio y Guesty; y Montse; ah, y Walter, el pinche Walter. Adela Fitzberg se cuece aparte, a pesar que con ese nombre y apellido inicia la novela. “Cosí”, como la llama su madre, es el centro y origen de la trama, es la amalgama que une y genera gran parte del misterio, del enigma que te atrapa, porque Padura no puede ocultar su querencia por las novelas de suspense, y en esta historia también ocurren muertes que provocan suspicacias, que pesan en el ánimo del Clan e influyen en su dispersión.

Narrador omnisciente, que relata las complejas y accidentadas vidas de nuestros protagonistas, que nos permite profundizar en sus psique para reflexionar sobre las razones de sus decisiones, de la naturaleza de sus contradicciones, del origen de sus sentimientos de culpa, sobre el daño provocado por la nostalgia, la aflicción por el exilio, el pesar por sus secretos, y el dolor de sus recuerdos.

Efectos de la caída del muro de Berlín; los desdichados y sombríos saldos del “período especial”, que dejó sin soportes económicos a una Cuba terriblemente dependiente del régimen soviético; las diferencias emocionales y afectivas entre los que se quedan y los que se van; sentimientos de encadenamiento y expulsión. Decidir entre el dolor, el desarraigo, el exilio contra la opresión, el miedo, las carencias, la incertidumbre.

Grupo de amigos anclados en el pasado, viviendo con demasiado lastre el presente, impedidos para atisbar hacia el futuro, dispersos por el mundo, pero fuertemente atenazados a la Cuba de sus recuerdos, añorando los que se fueron a los que se quedaron, y estos, a aquellos.

Extensa novela, introspectiva pero intensa. Historia cubana sobre Cuba y los cubanos. Escrita con una prosa llena de tonalidades, nos relata sobre los nuevos comienzos y viejos olvidos; sobre la amistad a toda prueba, y lo que la pone a prueba; sobre apegos y desapegos. Novela de remembranzas, añoranzas y desencantos; crónica sobre una generación que les tocó transitar, de la utopía socialista castrista a la jodida realidad neoliberal.
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