“El color prohibido”, de Yukio Mishima.

El primer libro que leí de Yukio Mishima (1925-1970) fue su opera prima, publicado a sus prometedores 24 años: “Confesiones de una máscara”. Me impactó tanto, que dejé anotado en la guarda del libro: “Fascinante, hipnótica, conmovedora y deslumbrante novela”. Recuerdo que enterarme sobre su elección para morir, me provocó igual una profunda conmoción: se suicidó en vivo por seppuku.

Autor precoz, prolífico, controvertido y talentoso, al punto que se le consideraba uno de los más grandes escritores japoneses del siglo XX, e incluso, candidato al Nobel de Literatura, escribió 40 novelas, 20 libros de relatos breves, otros tantos de ensayo, 18 obras de teatro y un breve ensayo auto biográfico titulado “El sol y el acero”.

“El color prohibido”, su 4a. novela, se publicó en 1951 y su titulo en japonés es una especie de alusión a la homosexualidad masculina. La novela trata la historia del un joven estudiante Yuichi -inseguro, noble, de gran corazón y gay-, y Shunsuké Hinoki, laureado novelista, entrando en la vejez, aunque para el autor (Mishima escribió la novela en sus veintes) aparece como un venerable anciano de 65 años.

Hinoki, poco agraciado físicamente, desde su infancia se sintió profundamente agraviado por las mujeres, y terminó odiándolas total, profunda y enconadamente. No obstante, mujeriego incorregible, se casó y divorció tres veces, matrimonios que solo le sirvieron para incrementar y justificar su animadversión.

Testarudo, se enamora de una hermosa joven, Yasuko, que a la vez está enamorada de Yuichi, quién no se atreve a confesarle a su enamorada su homosexualidad. Por esos extraños juegos de la vida, persiguiendo a Yasuko, Shunsuké conoce a Yuichi. Sorprendido, decide encararlo, y en un arrebato extraño e incomprensible, Yuichi le manifiesta su preferencia sexual.

Ante su inocencia e ingenuidad, el resentido escritor decide aprovecharse de Yuichi para vengarse de las mujeres -no les he dicho que el joven es espectacular y deslumbrantemente hermoso-, empezando por Yasuko, por lo que le hace una oferta irresistible para que se case con la joven, teniendo la certeza de que un matrimonio así, sólo le traerá infelicidad a la bella joven.

Yuichi, con una madre enferma y en aprietos financieros, acepta la oferta, y se convierte en el arma vengativa Shunsuké, quien utiliza toda su experiencia y talento como escritor, para convencerlo de su proyecto: “Todas se enamorarán de ti, pero tú no amarás a ninguna, puesto que amas a los hombres y harás de ellas unas desdichadas”.

La belleza, la homosexualidad, la estética están presentes en las obras que he leído de Mishima. La novela transcurre principalmente en los lugares de encuentro gay del Tokio en la posguerra, y trata sobre las formas en que se relacionaban, sin embargo no considero que “El color prohibido” sea una novela gay. Ubicada en un Japón que iniciaba su reconstrucción, incluye personajes complejos y representativos de la sociedad japonesa, como Shunsuké, la misma Yasuko y su familia; la condesa Kaburagi, o la Viuda Minabi, madre de Yuichi.

“El color prohibido” no te impacta tanto como “Confesiones de una máscara” o “Vestidos de noche”, la otra novela de Mishima que leí hace 3 años. Cómo escribe Mishima: “Un autor no es responsable de las ilusiones que origina su obra ni de la fascinación que provoca”. Es entretenida, bien escrita, mas larga de lo necesario; sin embargo, se deja leer gracias a las intrigas que concibe Shunsuké y ejecuta obedientemente Yuichi. No me arrepiento de haberla leído, pero hay otras mejores.

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