
Difícil determinar la perspectiva desde la cual que debo comentarles mi lectura de “Mirar al sol”. Considerando la mala fama que tienen los libros de “auto-ayuda” entre el segmento snob de nuestra comunidad de lectores, temo, no la indiferencia acostumbrada, sino algo peor: la descalificación gratuita a la que son sometidos los lectores comentadores de libros que no alcanzan las altas cotas de magnificencia literaria que acostumbran leer esa fracción tan ruidosa de leedores ilustrados.
Lo curioso es que los grandes clásicos de la literatura universal siempre proponen los temas que nos preocupan a los simples mortales, entre ellos, la muerte, y gracias a su lectura, nos los planteamos y reflexionamos. Argumentaran, y con razón, que los clásicos no nos ofrecen formulas para meditar, enfrentar y superarlos. Pero nuestros queridos autores no tienen las credenciales necesarias para ofrecerlas, solo para presentárnoslos en sus enormes novelas o juiciosos ensayos.
Irvin D. Yalom (1931-) es un psiquiatra dotado con grandes habilidades como escritor. Tiene el don para narrar a manera de casos clínicos, hechos médicos y científicos, transformados por su talento, en relatos de ficción. Lo hace de manera tan atractiva, que alcanzó el éxito científico, y el reconocimiento popular, convirtiéndose en un autor reconocido, traducido y leído, sin abandonar su consultorio ni las aulas de la prestigiosa universidad californiana de Stanford.
Libros como “El día que Nietzsche lloró”, “Desde el diván”, “Verdugo del amor”, “Un año con Schopenhauer” o la última que les comenté, “Memorias de un psiquiatra”, han sido grandes éxitos de ventas y contribuido a la divulgación de su actividad médica, abriendo ventanas a sus lectores para asomarse en ella, y reflexionar sobre temas centrales; en este libro: la muerte, tan presente en el psiquis social en estos días de pandemia.
“Mirar al sol” se publicó en el 2008. A mí me pasó de largo. A pesar de ser un fan lector de Yalom no me enteré nada de nada sobre este libro hasta que leí sus memorias. No fue fácil conseguirlo. Lo encontré en Argentina, país donde se toman en serio el psicoanálisis y sede de emecé, la casa editorial que ha publicado los libros de Yalom en español.
Como lo indica su título, en “Mirar al sol” Yalom nos propone reflexionar sobre un tema que, reconozcamos o no, siempre está rondado por nuestra mente: la muerte, pero sobre todo, el miedo, la ansiedad, el terror que nos produce pensar en la idea de que tarde o temprano, nuestra vida terminará.
Sí amigas y amigos: la lectura de “Mirar al sol” nos puede ayudar a considerar y poner en claro la mejor manera de vivir el resto de nuestra existencia y a prepararnos a enfrentar su finitud con un sentido más enriquecedor y menos estresante. ¿Es válido denostar a un libro o a un autor porqué trata estos temas, aunque lo haga con una escritura tan atractiva como la de nuestras novelas preferidas? No lo creo.