La elección del candidato del PRI al Gobierno de NL 2015

El regreso del PRI a Los Pinos, a través del Presidente Peña Nieto,  hace pensar a muchos que, junto con él, regresaron muchas de las facultades meta constitucionales que ejercieron a plenitud todos sus antecesores, incluyendo a Ernesto Zedillo, que discreto, discreto, con dedo dizque amputado, pero cuando tuvo necesidad de tensar la cuerda para cumplir con sus propósitos, nunca le tembló la mano, como lo demostró por ejemplo, con la salida de Sócrates Rizzo García del gobierno de Nuevo León en abril de 1996.

En cuestión electoral, los presidentes priístas contaban con la facultad de nombrar su sucesor, porque hasta el gobierno de Carlos Salinas De Gortari, el presidente elegía presidente porque la elección del candidato presidencial se convertía en la elección presidencial. Claro, el presidente, en este complejo juego de la elección de su sucesor, se sujetaba, junto con todos, a ciertas reglas, entre ellas, las del consenso político, las del péndulo y las de la realidad. (Carlos Ramirez)

Otra de las facultades que ejercía el Presidente era la de elegir o convertirse en ¨el fiel de la balanza ¨ en la selección de los candidatos a Gobernador en los 32 Estados del País. Hasta la elección de Baja California a finales de los 80´s cuando Ernesto Ruffo del PAN llegó a el Gobierno de su Estado, la selección del Presidente también representaba la elección del Gobernador.

Hoy por hoy, las decisiones electorales no parecen tan sencillas como muchos suponían que ocurrían en el pasado. Aunque todavía existe un numeroso grupo que duda de la salud que goza la democracia mexicana, la mayoría reconoce que en cuanto a la competencia electoral, todos los candidatos de cualquier partido están obligados a sujetarse a las leyes y reglamentos, y ya no cabe pensar que, un apoyo del Presidente, se refleja automáticamente en el triunfo en las urnas.

En el caso que a mi me interesa, Nuevo León, no conozco a ningún priísta ( son los únicos con derecho a ) que dude el enorme peso que tendrá el Presidente Peña en la elección del candidato, independientemente del método de selección que se elija para designarlo. La cercanía, el afecto y/o reconocimiento que los aspirantes tengan con el Presidente pesará y bastante entre los priístas a la hora de la hora.

Con esto no quiero decir que el Presidente elegirá a quién se le antoje. Sí algo ha dejado claro Peña Nieto es que es de un pragmatismo a toda prueba. Difícilmente apoyará a alguien que ponga en gran riesgo el triunfo del PRI. Conste, adjetivó gran, porque claro que existen riesgos, posibilidades y probabilidades de que no gane el Revolucionario Institucional, pero tengo claro que, Peña Nieto, que está siendo informado permanentemente de la situación en Nuevo León, apoyará a quién minimice los riesgos e incremente las probabilidades de triunfo de su partido.

Ahora bien, ¿ cuáles son los factores y/o grupos que pueden infuír en la decisión del PRI, y digo del PRI porque al final será ese Partido el que va a partirse la madre para llevar a su candidato al Gobierno del Estado?

En la Escuela Superior de Procesos Electorales, la ESPE, hicimos un ejercicio, tratando de definirlos y otorgarles un peso específico a cada uno de ellos. La práctica fue interesante, porque la inmensa mayoría de los estudiantes de la 2a. generación de la Maestría de Dirección de Procesos Electorales, son priístas, algunos con experiencia electoral y casi todos, más o menos informados sobre como se han cocido las habas en su partido, y una que otra idea de como se pueden cocinar en esta elección.

Divididos en 4 grupos, seleccionamos como probables pre candidatos del PRI a la posición de Gobernador del Estado, enlistando a:  Ivonne Álvarez, Cristina Díaz, Adrian Garza, Ildefonso Guajardo, Héctor Gutierrez, Pedro Pablo Treviño y Federico Vargas.

Después  encontramos los  factores y/o grupos de poder que influirán en la designación como Candidato: relación con el Presidente Peña Nieto, con el Gobernador Medina, con el CEN del PRI, con los sectores del CDE del PRI, con los medios de comunicación, con los empresarios, su nivel de conocencia entre la población e intención del voto en encuestas y monitoreos serios, así como su capacidad para obtener recursos para la pre campaña.

Por consenso se obtuvo el peso relativo de cada factor, después se calificó aspirante por aspirante,en cada uno de los puntos y los resultados fueron muy consistentes, pues de los 4 grupos, tres coincidimos en los tres pre candidatos con más peso, y el cuarto coincidía en dos.

Los tres candidatos que aparecieron en tres de los cuatro equipos entre los tres primeros lugares fueron, en orden alfabético Ivonne Álvarez, Cristina Díaz e Ildefonso Guajardo; en un grupo de los cuatro apareció entre los tres primeros Federico Vargas, junto con Ivonne y Cristina.

Como ejercicio fue interesante porque se reconoce que aunque el Presidente Peña Nieto es el fiel de la balanza, eso sí, con poder de veto, tiene a nuestro entender que tomar en cuenta otros factores y grupos de poder para poder orientar su elección. El Presidente tiene seguramente los suyos, y contará con su propia ponderación, pero lo que nos debe quedar claro es que no hay posibilidad alguna que Peña Nieto imponga un Candidato a su Partido.

Las reglas del juego Priísta siempre han otorgado un poder importante a la Ley de los consensos, que obliga al Presidente a buscarlos con todos los grupos y factores de poder, y además, empuja a los aspirantes a realizar sus propias negociaciones y amarres políticos para poder ser considerados en la lista final;  por eso a diario los vemos en todo tipo de eventos, actos, reuniones, entrevistas con medios de comunicación, todos ellos buscando incrementar sus posibilidades a ser designados por su partido como Candidato al Gobierno de Nuevo León.

En no más de 90 días conoceremos el desenlace real, de esto que fue, como diría mi adorada Adela Micha, un ejercicio de la imaginación!

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