Tenía que aterrizar. Todos los que andamos en la política sabemos que, los candidatos tienen antes que nada, gastar la suela de sus zapatos. Sé que la mayoría de los consultores políticos, recomiendan más un spot en televisión, que supuestamente lo ven millones de electores, que sus candidatos se desgasten, haciendo recorridos por los barrios, tocando puerta por puerta, con el simple y llano objetivo de presentarse, saludar a sus posibles votantes, y convencerlos que son la mejor opción.
Pero existimos otros que pensamos diferente. Las campañas electorales buscan comunicar mensajes, atraer simpatizantes, voluntarios, indecisos, con un solo objetivo: convertirlos en votantes de nuestro candidato (cliente). Sabemos que para ello debemos de utilizar todas las formas de comunicación política, incluyendo, entre ellas, oh, Dios mío (no tengo Dios, pera valga la expresión), la Internet.
Los mítines, la calle (pendones, panorámicos, transporte público decorado, pequeñas camionetas con anuncios, pintas y mantas en casas y negocios), las entrevistas en cualquier medio (hasta las pagadas, hoy en boga), la radio, la televisión , el correo, la prensa, todo es válido y se usa, y debe ser así utilizado. Pero nada sustituye al contacto directo.
Hoy gasté suela. Tres horas de recorrido con Rómulo Elizondo, candidato a Diputado por el PVEM al sexto distrito Local de Nuevo León. Tres horas caminando, tocando puertas – nos abrieron más de 350 – saludando posibles electores – saludó a más de 500 – entregando folletos, útiles escolares, bolsas ecológicas, pegando calcas, solicitando autorización para colgar pendones, presentando sus propuestas y dándose a conocer. Valió la pena. Más allá de la estrategia que considera donde concentrar esfuerzos, saludó, y se le repitió su nombre, cuando menos 7 veces, a más o menos 500 posibles votantes.
Tres horas de trabajo, iniciando a 40 grados de temperatura, y terminando a 37. Con un equipo entusiasta, convencido y gozando de la oportunidad de hacer talacha política. Vecinos sentados en las banquetas de su casa, imposibilitados por el calor de estar adentro de ellas, receptivos, dispuestos a conocer a un candidato de un partido que para ellos es casi, casi inexistente. Pero lo recibieron con amabilidad, y muchos, con esperanza. Valió la pena. Me encantó vivir de nuevo la experiencia. La internet conecta, pero el cara a cara no se sustituye con nada, aunque sea poco rentable desde el punto de vista electoral.
Hay que poner los pies en la tierra. Todo sirve, todo contribuye a comunicar nuestras propuestas, pero lo que no se puede sustituir es la presencia física, el mirar a los ojos, el comprometerse con un apretón de manos. Esta manera de hacer campañas electorales nunca morirán.
Pues como siempre andas de irónico mi estimado wp1957, le ofrezco una disculpa.
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