Sabemos que las campañas tienen su propia estrategia, y un plan de trabajo que se ajusta – casi siempre – de acuerdo a como van moviéndose nuestros competidores. No es nada nuevo. Es como los negocios, siempre la competencia nos hace ajustar nuestros programas y proyectos. Por eso, a pesar de la disciplina con que se debe ejecutar la estrategia central de la campaña, la agenda depende de muchos factores, y todos los participantes en el equipo del candidato, deben ser lo suficientemente flexibles para ajustarse y adaptarse a ella.
La emergencia en la cual nos encontramos, ha obligado a todos los equipos que contienden electoralmente a revisar su agenda, más no su estrategia. La epidemia es de coyuntura, grave, ni duda. La estrategia es el plan general de la campaña, y no responde exclusivamente a los temas de coyuntura, sino todo lo contrario. La estrategia se diseña de acuerdo a las necesidades, anhelos, deseos, propuestas del electorado a quienes se quiere conquistar, al posicionamiento del candidato dentro de la mente de esos ciudadanos, y como él se diferencia de sus competidores.
Y los libritos dicen que la estrategia manda; que se debe seguir con disciplina porque marca el rumbo a seguir, y define claramente al candidato y sus programas y proyectos. Pero también dicen que, si las condiciones de la contienda electoral se modifican sustancialmente, la estrategia puede y debe adecuarse a ellas. La pregunta que nos hacemos ahora, es sobre sí la epidemia de influenza va a modificar radicalmente las aspiraciones de los electores, de tal manera que se tenga que ajustar de la misma manera la estrategia.
Veamos: Fernando Elizondo se define como el experimentado que da seguridad. ¿ Su experiencia abarca también en temas de salubridad pública y por ende, continúa ofreciendo esa seguridad a sus electores en estos “tiempos de cólera”, como diría García Márquez? ¿ El deseo de seguridad física y patrimonial de los neoloneses va a pasar a segundo término debido a la epidemia y ahora van a buscar salud por encima de cualquier otra cosa?
Rodrigo Medina nos invita a unirnos para tener más seguridad y empleo. Aquí de nuevo, ¿ los neoloneses han cambiados esas prioridades? O pensemos en Abel Guerra, que nos invita a transformar laMonterrey. ¿Deberán cambiar su estrategia? Todas las encuestas nos dicen que la prioridad número uno de todos los neoloneses es la seguridad. Todas las estrategias de los candidatos se centran en ese tema, y buscan marcar las diferencias entre ellos y sus proyectos contra los de los demás.
Y es eso se hace así, porque en términos de posicionamiento político, se debe tener lo más claro posible qué es lo que realmente desean los electores, para dejarles claro el porque los proyectos de uno marcan una diferencia con respecto a sus competidores, para satisfacer esos anhelos.
Es muy temprano para hacer cambios profundos. Lo que ahora aplica es ajustar la agenda de la campaña a las nuevas condiciones; reducir tamaños de auditorios, esperar un tiempo para retornar a los apapachos físicos, gastar suela sin saludos pero con mucha información sobre lo que está sucediendo y como lo vamos a resolver, comunicar, comunicar y comunicar que se está trabajando en lo que a un candidato le corresponde hacer para ayudar a superar la emergencia.
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