Tengo pena. Llevo tres semanas sin postear, mismos que llevan las campañas y si no lo he hecho, ha sido por un pudor -que intuyo, fuera de sitio- porque no puedo ser juez y parte. Trabajo cerca o en la periferia en varias campañas políticas por Internet y por tanto o hablo solamente de ellas, o le entro a los comparativos y plasmo mi visión del deber ser de una campaña electoral en Internet.
Aquí ya lo he dicho. Una campaña en Internet debe antes que nada, permitir que los ciudadanos se acerquen a ella, que participen, que puedan hacer llegar sus textos, sus fotos, sus vídeos, sus ideas, proyectos, anhelos, quejas, críticas y mentadas de madre. Para mí, eso es el deber ser. Obvio, por Internet los electores deben obtener información precisa y puntual de lo que pasa en la campaña de tierra; debe además contar con las propuestas, proyectos e ideas de los candidatos, y éstas deben obtenerse fácilmente, pero además deben poder ser analizadas, discutidas y mejoradas. Internet es comunicación en múltiples vías pues.
Más tarde voy a profundizar en esto. Lo que hoy me preocupa es que a pesar de tantas funcionalidades que le construimos a los sitios de nuestro candidato para lograr esta interacción, los electores poco la utilizan. No hemos detectado una base de ciudadanos que realmente esté consciente de que por primera vez cuenta con herramienta para hacerse sentir en los equipos de campaña. No vemos muchos post en los blogs, vemos escasas participaciones en los foros temáticos que hemos convocado, no suben fotos y vídeos aunque algunos si los comentan y uno que otro baja una foto con su candidato, en las redes sociales se cree que de lo que se trata en de crear decenas de grupos integrados por la misma gente, pero igualmente, con poca participación cuando se abren foros. Muchas porras, eso que ni que.
En fin, llevamos 23 días de campaña. Veamos como evoluciona esto.