“País de nieve”, de Yasunari Kawabata

Me quedo completamente chalado, encandilado, fascinado con la seductora novela del Nobel Yasunari Kawabata. “País de Nieve” se concibió y se publicó originalmente (en 1934) como una novela en entregas y 87 años después continúa arrobando, embrujando, seduciendo y atrayendo a nuevas generaciones de lectores, tal y como corresponde a un clásico de la literatura universal.

En otra entrega te había comentado que yo leí por primera ocasión a Kawabata apenas este 2021. Por esas sin razones del mundo de los lectores, no lo había hecho. Fue gracias a grupos de lectores como este, que caí en cuenta de los miles de viejos y nuevos lectores que le rinden una merecida y absoluta adhesión a su obra.

Después de la lectura de “Lo bello y lo triste” no esperé a encontrarme por casualidad con otra de sus novelas. Las busqué y afortunadamente me hice de una pequeña parte de la bella colección que se publicó en el 2019 para festejar los 120 años de su nacimiento. Encantadoras portadas, ediciones cuidadas y prologadas, son un lujo en cualquier biblioteca.

Nacido en 1899 en Osaka y egresado en 1924 de la Universidad Imperial de Tokio, muy pronto ejerció el liderazgo de una nueva generación de escritores japoneses. Escritor de novela y cuento, además de asiduo ensayista y articulista en diversos periódicos y revistas, Yasunari Kawabata fue galardonado con el Nobel de Literatura en 1968.

“País de nieve” cuenta la historia del amor apasionado y disparejo que Shimamura, un heredero amante de la danza y el teatro, despierta en Komako, una bellísima, joven y voluble aprendiz de Geisha que se instruye para ejercer el milenario oficio en una posada termal ubicada en una zona montañosa en la costa occidental del Japón; la región “donde más nieva en el mundo” y donde los nativos quedan aislados del mundo desde diciembre hasta mayo cuando retorna la primavera.

Shimamura, un hombre en sus treinta, casado y sin mayor oficio que el goce y disfrute de la vida, es un personaje singular: un tanto cuanto desapegado, indiferente y desapasionado, que se considera experto en el arte del ballet, aunque jamas acuda a un escenario para deleitarse en vivo, pues considera que la belleza, entre más desconectada se encuentre de la vida, más pura se conserva.

Con esa actitud de frio observador acude hasta el hostal, y alarga sus estadías: parece que solo busca deleitarse sin comprometerse con la belleza de Komako, para después, desde una férrea distancia emocional, interrogarse sobre su indecisión, su impasibilidad, sus carencias que le impiden entregarse a Komako de la misma forma en que ella se le entrega.

En uno de los viajes en tren de Shimamura hacia la posada de montaña, observa el reflejo de un ojo femenino en el vidrio de la ventana del vagón en que se traslada. El ojo pertenece a Yoko, que jugará un papel inquietante e indescifrable en la historia, gracias a la ambigüedad de nuestro viajero, que mantiene con Komako y Yoko una relación de fascinación entre sexual y amorosa, llena de equívocos e indeterminaciones.

Novela construida a través de bellas imágenes, de pequeñas anécdotas, de fragmentos narrativos delicados y sutiles, articulada mediante una variedad de viñetas; creo observar, sin lograr descifrar con precisión en qué consiste, una especie de continuidad con la novela “Lo bello y lo triste”, mi primera lectura del Nobel japonés, que narra la historia de Toshio Oki, Ueno Otoko y Keiko Sakami.

Probablemente sea el estilo de Yasunari Kawabata, que nos reta como lectores a darle forma en nuestro cerebro, a que recompongamos cada fragmento y le demos la estructura que nos parezca más lógica, que le de mayor sentido… perdón, no quiero confundirte porque la lectura no es tan compleja, dejé volar la mente ante la belleza de la novela, que se lee, se goza, se disfruta sin darle tantas vueltas a las razones.

Por su exquisita prosa, por la complejidad y la ambigüedad de los tres personajes, por los bellos trazos con que nos enseña la vida de los campesinos en la montaña, por la propia sencillez de las historias que nos relata, “País de nieve” es una novela de imprescindible lectura.¡te leo!
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