“Qué fue de los Mulvaney”, de Joyce Carol Oates

De lo leído de Joyce Carol Oates percibo a una autora con una particular obsesión por la violencia. El uso de la fuerza física, de las amenazas con hacer daño, o de someter física, sexual o psicológicamente a las personas, principalmente a las mujeres, son acciones frecuentes en sus novelas.

Joyce Carol Oates (1938-), es una de las grandes figuras de la literatura contemporánea estadounidense. Galardonada con premios como el National Book Award, el PEN/Malamud Award y el Prix Fémina Étranger. En 2011 recibió de manos del presidente Obama la National Humanities Medal.

Permanente candidata al Nobel, Carol Oates nos presenta una historia sobre los lazos familiares: en “Qué fue de los Mulvaney” nos relata a su dilatada manera, cómo se desbarataron en el clan de los Mulvaney, a consecuencias de la agresión a Marianne, la única niña de los cuatro hijos.

Idílica vida, compartida la alegría y el quehacer. Entrañable cotidianidad, el clan, vive inmerso en sus rutinas, tradiciones y celebraciones. La familia habita una granja de ensueño, hogar, núcleo, símbolo, reino, refugio, todo eso es para los Mulvaney High Point Farm, en el Condado de Chautauqua, zona rural del estado de Nueva York; perros, gatos, caballos, vacas, ovejas, patos y gallinas, en 23 acres de suelo fértil.

Michael Mulvaney, contratista; Corinne -todo un personaje-, ama de casa, mamá todo terreno, anticuaria aficionada; los hijos: Mike, “El mulo”, atleta universitario, alborotador e irreverente; Patrick, “P.J.” tan inteligente y brillante como misterioso e introvertido; y Judd, “Hoyuelo” o “El explorador”, el hijo inesperado, el cuarto, el observador, que es quien siendo periodista, se lanza a contarnos la historia de su familia, despedazada por lo que sucedió, siendo él aún un niño, a Marianne, justo la madrugada del 14 de febrero de 1976, después del baile de San Valentín en el Instituto Mt. Ephraim.

Marianne, la tercera, la bebe dulce, cordial; la estudiante diligente, trabajadora, y concienzuda; la adolescente bella, irresistible, popular, única estudiante de primer año candidata a reina del baile; la amiga tierna de corazón, temerosa siempre de herir los sentimientos de los demás, miembro activo de las juventudes cristianas.

Michael, respetado propietario de Tejados Mulvaney; hombre atractivo, del tipo que, cuando entraba a una habitación, la gente sonreía de anticipación, los hombres buscando estrecharle la mano, y las mujeres arreglándose el cabello, mientras sus bocas formaban rápidas sonrisas. Ciudadano modelo, apreciado por su comunidad.

Corinne, criada en una granja, se comporta con una extraña mezcla de timidez y arrojo; sus hijos pensaban que sería una mujer muy atractiva de no ser porque en “su rostro había algo demasiado ansioso, demasiado hambriento y demasiado trasnochado”; estrafalaria y extravagante, de actitud descuidada, raramente se arreglaba como se esperaba en una mujer de su posición.

Pretendiendo evitar mayores daños a su hija, quien además, creyéndose erróneamente culpable, al no impedir, protegerse y defenderse de la agresión, se niega a imputar al culpable; aconsejados por la policía, por el médico familiar y hasta por el fiscal del condado, Michael y Corinne deciden no presentar denuncia, sin evitar con ello, la censura social y la vergüenza ante la respuesta de la comunidad.

Y no creas que es spoiler. Desde el inicio, se nos va insinuando lo que le ocurrió A Marianne ese 14 de febrero. Sí, pasaron doscientas páginas para confirmarlo, pero todavía tienes más de quinientas por adelante, así que con tu perdón, pero la historia sobre lo que les sucede a los Mulvaney apenas inicia, y ni te imaginas los giros que ocurrirán, que te dejarán turuleco, sorprendido, ansioso y sin aliento cuando la novela travestida de costumbrista, se convierta en una tensa e intensa novela de realismo psicológico.

Historia trágica sobre la múltiple victimización de las víctimas: la humillación, vergüenza, marginación, sentimientos de culpabilidad y deseos de venganza. Reflexión acerca de los comportamientos comunitarios ante el fenómeno: la indefensión de la mujer y las normas sociales que favorecen la superioridad masculina; observación sobre la desintegración familiar, y la debilidad parental, porque la pusilánime, la miserable acción de los papás, no tiene madre.

Novela extensa, realista, ambientada con una minuciosidad que requiere de páginas; con estructura lineal, y lectura asequible, pero compleja y a ratos, intrincada. Narrada por Judd, con amplios y extraños poderes de omnisciencia concedidos por la autora, que se luce, además, con el diseño magistral de sus personajes, oscuros y al límite.

“Qué fue de los Mulvaney” es una novela con una corrosiva crítica social, ejemplo de que en pueblos pequeños, los infiernos son monumentales. No dejes que el tema te aleje de su lectura, porque la literatura trata de la vida, que no es nunca de color rosa, aunque lo quisieras. ¡Te leo!
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