“La señal”, de Maxime Chattam

Amiga, amigo: si no eres fan de autores como H.P. Lovecraft, Bram Stoker o del Rey, Stephen King, y odias, te es indiferente, o te acobardas con la literatura de terror, los temas sobrenaturales, con el horror en todo su esplendor, deja de leer aquí, dale un click a la manita y ve a buscar otras reseñas por la página del grupo.

A quienes se quedaron: va pa´ largo. “La señal” es un extraordinaria novela, de esas que te estruja, aprieta, te comprime hasta el desvarío todos tus puntos de presión fóbicos.

No recuerdo cómo llegó a mi librero. No conocía a Maxime Chattam, un escritor francés que quiso ser actor y terminó siendo autor de más de 25 novelas. Ha vendido más de 7 millones de ejemplares e incursionado por diversos géneros.

El libro es un tocho de 660 páginas. Nada de la portada, salvo que era de la colección Negra de Alfaguara, me indicaba de lo que trataba. Quizá, pensé, súper fan del género negro, “es un policial”; nunca, incluso después del trepidante inicio, propio de un thriller, me imaginé que me enfrentaría a una novela de terror, de las que te dejan aullando.

La familia Spencer -Tom, Olivia y sus hijos Chad, Owen y la pequeña Zoey-, hartos del estrés, deciden abandonar Nueva York, y terminan comprando una vieja casa en Mahingan Falls, un pueblo perdido entre los densos bosques de Nueva Inglaterra, cerca, muy cerca de Salem.

Llegando al pueblo, inician una serie de desapariciones, suicidios y homicidios, mientras que en la vieja casa, una serie de manifestaciones sobrenaturales empiezan a inquietar la vida de sus nuevos habitantes. De golpe, los Spencer, cultos, educados, privilegiados, inteligentes y de mentalidad moderna, se ven obligados a enfrentarse al “mal”, concepto completamente ajeno a sus creencias y valores.

Historia contada por un narrador omnisciente y metiche, que involucra a medio pueblo, donde no falta el vecino acomedido que conoce toda la historia de la vieja casa; la guapa niñera, perseguida por el clásico matoncito del pueblo, que va que vuela para ser poseído; el viejo y necio jefe de la policía, que cierra los ojos ante tanta sangre; una médium que intenta explicar los fenómenos; el guapo teniente y la guapérrima policía, que deciden unir cuerpo y alma para combatir el mal.

Novela gótica: lugares encantados, fantasmas y monstruos aterrorizando por doquier; noches pobladas de pesadillas, asesinatos del pasado y del presente, leyendas de indios exterminados y brujas carbonizadas. Mescolanza extravagante de varias convenciones del terror y el gótico: espíritus vengativos surgidos del pasado que no terminan por morirse del todo, el “mal lugar”, lo sobrenatural a todo lo que da, y como catalizador de todo: ¡la tecnología!.

“La señal” es adictiva, te engancha; no la sueltas mas que para tomar aire, mientras intentas alejar las fuerzas sombrías y demoníacas. La historia primigenia de la casa encantada, establece la atmósfera sobrenatural que va envolviendo a todo el pueblo; y terminamos creyendo, porque de eso se trata el género: la creencia, que lo es todo, porque sin creencia, no hay terror.

“La señal” parece tender al exceso de elementos atroces, de fuerzas demoníacas capaces de destruir al pueblo impunemente, pero de ninguna manera, Chattam procura matizar los excesos, intentando que la lectura no sea tan opresiva y obsesiva, que se convierta en un tormento. Te afliges, ¡mucho! Detienes la lectura, tomas aire; esperas que el mal termine siendo castigado, que al final, exista un ajuste de cuentas y que los buenos terminen venciendo.

“La señal” homenajea la obra de Stephen King. Son tantos los guiños a sus historias, que te sorprendes y quizá, hasta te molestes, pero te contienes porque sabes que no hay libro, serie o película de terror que no toque, aunque sea de refilón, alguna de las historias de King. Si Maxime Chattam quiso escribir un thriller de terror, lo logró: “La señal” es un delirante thriller gótico contemporáneo que termina hipnotizándote, se las recomiendo ampliamente.
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