Nunca estuvo en tela de juicio la capacidad económica de la Señora Angélica Rivera. Ayer salió a dar la cara, con datos tan duros (declaración de impuestos incluida ) como los que presentó la Aristegui, para confirmar que puede comprar la Casa Blanca y más.
Vaya, si un no actor, como el cubano que se parece a Brad Pitt (se me olvida el nombre) con menos carrera en Televisa, presume de casas en Miami y autos de narco, y suponemos que ganó esa fortuna licita en gran parte por su trabajo en Televisa, porqué la Primera Dama, con más éxitos no podría presumir?
El tema no es ese. La señora tiene su patrimonio bien ganado. Pero, solo dos preguntas: ¿ existiendo tantas inmobiliarias, y constructoras, y bancos y financieras: porqué usar una ligada a su esposo, el Presidente de la República?
Segunda: ¿ por qué construirla al inicio del mandato de su marido ?
Tenía seis años por adelante, viviendo no en una casita; no, iniciaba, junto con sus hijas, y la familia de su marido, una vida de ensueño: en Los Pinos, ni más ni menos.
En fin, la imprudencia se convirtió en un escándalo que el Presidente Peña Nieto no se merecía.