Por fin una de Oro…..

Vaya amargositas que nos estaban resultando las Olimpiadas, repletas de hazañas deportivas, de héroes y heroínas entregando todo su esfuerzo y su talento en busca de la gloria olímpica, pero a la vez ausentes de grandes gestas deportivas libradas por mexicanos, porque la gran mayoría de ellos acudieron a Beijing – para que negarlo si el la puritita verdad- más a participar que a competir. Pero hoy en la mañana nos levantamos para ver en la Televisión como el taekwondoín Guillermo Pérez se negó a simplemente participar, y ganó la medalla de oro para darle una, aunque sea una gran satisfacción a los mexicanos.

La verdad la victoria va a endulzar aunque sea un poco la vida a nuestras autoridades deportivas, encabezadas por el ex futbolista Carlos Hermosillo, que en los casi dos años que tiene enfrente de la Conade, se ha dado cuenta que las batallas deportivas en México se dan tristemente entre la gente de pantalón largo, que ven sus Federaciones como un feudo de dónde sacan para vivir y para dárselas de dirigentes deportivos, con todos los privilegios que este tipo de posiciones te dan, más allá de que si sacas o no deportistas, pues siempre encuentran pretextos para justificar el pésimo desempeño de sus delegaciones deportivas.

La verdad es que a Hermosillo lo van a tundir cuando regrese; entre la Guevara – sedienta de venganza y ávida de poder – el Tibio – grillo entre grillos, burócrata que olvidó lo que es ser deportista – y todos los periodistas que encuentran en este tipo de fracasos una enfermiza fuente para satisfacer su íntimos y muy secretos deseos de convertirse en verdugos de aquellos a quienes los ponen en sus muy particulares caldazos lo van a fregar y fregar a tal punto de que a mí me da la impresión, que van a lograr que se vaya, pues para ser político se necesitan muchas “cualidades” y “talentos” que no se le ven al buen Carlos Hermosillo.

El caso es que ya tenemos medalla de oro, después de 24 años que ningún atleta mexicano varonil lo lograba, Pérez se apuntó como un nuevo dios, en el minúsculo Olimpo mexicano.  Esperemos que algún otro miembro de la ya de por sí muy pequeña delegación mexicana nos ofrezca la sorpresa de más medallas. Por ahí tenemos todavía a los clavadistas y a algún otro taekwondoín con posibilidades de alcanzar el podium. Pienso que la victoria de Guillermo Pérez les va a inyectar no solo ánimo, sino la ambición de ser, también ellos, protagonistas de la historia olímpica mexicana, de tan pocas páginas, pero eso sí, llena de pretextos.

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