
Observando la fotografía, podrás confirmar que John Grisham es uno de los escritores que más he leído. Y es que, además de que me encantan sus thrillers legales, la lectura de sus novelas me entretiene, me divierte y también me relaja. Así como los atletas de alto rendimiento programan descansos “activos”, algunos lectores necesitamos, especialmente después de lecturas complejas, relajarnos con algo más ligero.
Aunque no estoy seguro, conociéndome, sé que debí leer “La tapadera” antes de ver la película protagonizada por Tom Cruise, “La firma”, basada en la novela de Grisham. Leí la novela en enero de 1993, en una edición de Planeta Serie Oro titulada “La tapadera”. Odio empezar a leer una novela y sospechar o darme cuenta de que la conozco por haber visto la película en que se basó. De hecho, no leí “Informe Pelícano”, la única, creo, novela de Grisham que no he leído, porque vi la película sin saber que estaba basada en otra de sus novelas. Solo me lo perdono porque está protagonizada por Julia Roberts.
John Grisham es un renombrado autor estadounidense, considerado uno de los maestros contemporáneos del thriller legal. Nacido en 1955 en Jonesboro, Arkansas; Grisham se graduó en Derecho y trabajó como abogado antes de dedicarse por completo a la escritura. Su experiencia en el sistema judicial ha sido fundamental para muchos de sus tramas, que a menudo giran en torno a temas legales, éticos y de justicia. Su primera novela, «Tiempo de matar» (1989), recibió elogios y estableció su carrera como novelista. Sin embargo, fue «El informe pelícano» (1992) y «La tapadera» (1991) los que lo catapultaron a la fama internacional, consolidándolo como un autor best seller. A lo largo de su carrera, Grisham ha publicado más de 40 novelas, muchas de las cuales han sido adaptadas al cine, aumentando aún más su popularidad.
El caso es que “La tapadera” fue la primera novela de Grisham en alcanzar el reconocimiento del público, vendiendo millones de ejemplares. Ese éxito se tradujo en “La Firma”, una película estadounidense de 1993, dirigida por Sydney Pollack y protagonizada por Tom Cruise. La película alcanzó tal celebridad que estoy casi seguro de que la viste, si no en las salas de cine, al menos en los diferentes formatos de video en los que aún circula.
Después de tan larga introducción, te comento que tres décadas después, llega a las librerías “El intercambio’”, la secuela de “La tapadera”, que se sitúa 15 años después de que Mitch McDeere huyera con diez millones de dólares de un grupo de la mafia que utilizaba la floreciente firma de abogados que lo había contratado recién egresado de Harvard en Memphis. Tras desvanecerse sin dejar rastro, observó cómo sus adversarios terminaban tras las rejas o en el más allá. Actualmente, Mitch y su esposa, Abby, residen en Manhattan, donde ha logrado ascender hasta convertirse en socio de la firma legal más prominente del mundo.
“El intercambio” narra el siniestro complot en el que Mitch se ve involucrado a raíz de su trabajo en una demanda presentada por uno de los principales clientes de su despacho contra el Gobierno de Libia, encabezado por Gadafi. La demanda se centra en el impago de 400 millones de dólares correspondientes a la construcción de un faraónico puente vehicular que no conduce a ninguna parte.
El caso de Mitch llama la atención debido a que pocos litigios pueden compararse con un pleito de 400 millones de dólares que implica un puente en el desierto y está rodeado de un trasfondo terrorífico: cuatro decapitaciones, varios asesinatos relacionados y la misteriosa desaparición de una asociada de su firma.
Mientras la batalla legal entre el despacho que representa los intereses del Gobierno de Libia y el equipo encabezado por Mitch se desarrolla en los tribunales de una Junta Arbitral Internacional con sede en Ginebra, la búsqueda de la asociada desaparecida involucra a diversas instancias gubernamentales de Italia, Turquía, Estados Unidos, Inglaterra y Libia, así como a empresas privadas de seguridad de alto nivel compuestas por ex espías y agentes de agencias de inteligencia.
“El intercambio” de John Grisham combina magistralmente el thriller legal con componentes de espionaje y lucha contra el terrorismo, un campo complejo y crucial para la seguridad global, creando una historia que te captura desde el primer momento y no te suelta. La trama es absorbente, llena de sorpresas que desafían las expectativas en cada página, y cada capítulo termina con un giro inesperado que te incita a seguir leyendo.
Con estilo directo y accesible, esquema bien definido, prosa clara y sin adornos, evitando descripciones largas y enfadosas, Grisham logra mantener un ritmo ágil y eficaz. Los personajes, Mitch y su mujer, atrapados en un dilema familiar y moral profundo y envueltos en una red de intrigas internacionales, añaden una capa de humanidad y realismo a la historia.
Grisham ofrece una representación verosímil del mundo legal internacional y la reconocida mala fe de las aseguradoras, combinada con una sutil dosis de espionaje. Con un enfoque en las estrategias jurídicas y tácticas de inteligencia, refleja el egoísmo de instituciones y personas cuando sus intereses se imponen sobre el bienestar común, así como la dinámica de los tribunales y la peligrosa arena del combate al terrorismo. No solo te entretiene, sino que también te incita a reflexionar sobre cuestiones éticas, la naturaleza de la justicia y los secretos que se ocultan en las sombras del poder.
En resumen, “El intercambio” es un emocionante recorrido por el peligro, la tensión, y las insondables cuestiones morales que subyacen en la condición humana, el sistema legal y la naturaleza del terrorismo, caracterizada por una combinación de elementos políticos, ideológicos, y sociales; una excelente lectura para tu descanso activo. ¡Te leo!