Del 5 de julio a la fecha pocas cosas me han quedado tan claras como el hecho de que nuestros políticos no terminan de entender el potencial que les ofrece internet como medio de comunicación más allá de la coyuntura electoral. He intentado infructuosamente de convencerlos que ahora – que ya son representantes electos – más que nunca, deben incrementar su presencia en Internet para construir con todas las posibilidades que la red nos ofrecen, verdaderas redes sociales que se integren alrededor de los temas y las agendas que les interesan mucho más que las electorales.
No concibo institución más necesitada de establecer canales de comunicación de múltiples vías que la Cámara de Diputados; no conozco político más necesitado de conocer que opinan los ciudadanos sobre su agenda, propuestas y proyectos políticos que los diputados, y sin embargo, investiguen ustedes si su representante ha lanzado alguna iniciativa después de la jornada electoral para comunicarse más eficientemente con usted, o revise el sitio de su Congreso. Nada de nada.
No le entienden. Manlio Fablio Beltrones, el líder de la fracción priista en la cámara de Senadores abrió su cuenta en Twitter y la cerró inmediatamente porque no supo como manejar la avalancha de seguidores deseosos de comunicarse con él y hacerle llegar sus opiniones sobre la propuesta fiscal que se estaba discutiendo en esos momentos. Gabriela Cuevas, la diputada panista, lo usa para postear a donde va, como si eso le interesara a alguien, y además, nunca twittea con alguien. Cree que es un medio de comunicación solo de ida. Lo que tiene de aguerrida y atractiva, lo tiene de mensa.
Aquí en Nuevo León, solo he visto al Secretario Gral. de Gobierno, Javier Treviño Cantú continuar – claro, con esfuerzos – utilizando su cuenta en Facebook y en Twitter como medio de comunicación. Y me consta que contesta en ambos. Tiene descuidado su Blog, pero es que suspendió – espero temporalmente – su faceta de columnista y analista político. Fuera de él, todos conservaron sus cuentas en Facebook pero no se dan una vuelta por ahí ni por equivocación.
Vaya, Rodrigo Medina, tan activo en campaña, manda un promedio de 5 Twitts a la semana, y en sus sitios en las redes sociales no se le nota presencia. Y Medina es joven, y por ende, se le da más fácil las nuevas tecnologías de la información. Así que poco podemos esperar de los demás.
Espero que dentro de tres años no se arrepientan. Las redes sociales les pueden cobrar la factura. Es tiempo de trabajarlas e integrarse a ellas, sin otro interés más que el de conocer sus opiniones sobre sus proyectos y aprender de ellas.